TDAH son las siglas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad, y que en muchas ocasiones está asociado con otros trastornos. Está compuesto por tres subtipos: predominantemente inatento, predominantemente hiperactivo-impulsivo o combinado (presenta tanto déficit de atención como hiperactividad e impulsividad).

El TDAH es uno de los trastornos psiquiátricos infantiles más frecuentes, situándose por encima de otros, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. Se calcula que en la Unión Europea un 5% (3,3 millones) de los niños y adolescentes entre 6 y 17 años padece TDAH. Un estudio reciente sugiere que la prevalencia en España es de 6,8%.

Pero, ¿qué diferencias existen entre Déficit de atención e Hiperactividad?

El tipo predominantemente inatento o comúnmente llamado Trastorno por Déficit de Atención o TDA, involucra falta de atención y concentración, así como también un comportamiento de distracción. Los niños que padecen de este subtipo no son excesivamente activos y tampoco interrumpen las clases. Más bien no completan sus tareas, se distraen con facilidad, cometen errores imprudentes y evitan actividades que requieren de trabajo mental continuo y de mucha concentración. A estos niños con frecuencia se les malinterpreta como perezosos, desmotivados e irresponsables.

El perfil hiperactivo-impulsivo, sin embargo, se muestra muy inquieto cuando debe permanecer sentado. En situaciones inadecuadas corre o trepa de manera excesiva. Como expresan muchas madres de niños hiperactivos, «es como si estuviera literalmente impulsado por un motor». Continuamente está hablando, teniendo grandes dificultades en permanecer callado. En comparación con la población del subtipo con déficit de atención, puede presentar más agresividad. Del mismo modo suelen tener mayores dificultades en establecer relaciones sociales debido a su carácter impulsivo. La adolescencia puede ser problemática si no se trabajan los síntomas desde la infancia.

Si comparamos las conductas de los niños inatentos con los hiperactivos-impulsivos, encontramos en común que a ambos les cuesta mantener la atención, seguir las rutinas y las órdenes o pautas de forma continuada y se diferencian por su impulsividad o precipitación.

Dentro de la especialidad de la Neurofisiología Clínica, uno de los servicios de Clínica Weyler es la atención integral al paciente y la familia en el contexto del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad. Si crees que algún familiar padece alguno de los síntomas descritos en el artículo, pide cita online o acude a nuestra consulta en la Calle Cairasco Nº5, – Santa Cruz de Tenerife – junto a la Plaza Weyler.

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