La anorexia, la bulimia y la vigorexia son trastornos de la conducta (alimentaria en el caso de la anorexia y la bulimia y de hábitos relacionados con el ejercicio físico en el caso de la vigorexia). Son producidos por diversos factores que tienen que ver con una percepción distorsionada del propio cuerpo o con atracones nerviosos de comida debido a la ansiedad. Los pacientes sufren una preocupación exagerada por su cuerpo y un miedo excesivo a ser obesos. Las tres enfermedades comparten ciertos factores pero son diferentes; sin embargo todas representan un grave riesgo para la salud física y mental.

La anorexia es una patología que se caracteriza por una restricción abusiva de la ingesta, lo que da lugar a un índice de masa corporal bajo. La bulimia en cambio, es la aparición de episodios de atracones de comida, seguido de un sentimiento de culpabilidad, lo que lleva a las purgas, como la inducción del vómito. En el caso de la bulimia, el índice de masa corporal suele ser normal. En definitiva, la angustia depresiva se intenta paliar en la bulimia a través de lo adictivo, mientras que en la anorexia, la angustia se intenta controlar mediante la restricción alimentaria.

La vigorexia es una alteración de la imagen corporal que induce a las personas que la padecen a pensar que tienen una apariencia débil o floja, a pesar de estar musculosos. Esta falsa percepción genera conductas como acudir al gimnasio de forma excesiva o desarrollar una obsesión por la comida sana.

Perfil del enfermo

Desde un punto de vista de la psicoterapia, los síntomas de los trastornos alimentarios pueden atender a tres tipos de problemas: transitorios, neuróticos y depresivos, en función de su gravedad.

Las personas que suelen presentar estos trastornos tienen baja autoestima y hacen de su cuerpo la principal fuente de identidad. La inseguridad y la necesidad de control también son atributos recurrentes del perfil del paciente que sufre estas enfermedades.

La anorexia suele iniciarse en la pubertad y adolescencia, mientras que la bulimia tiende a aparecer más tardíamente, sobre los 20 años. En el caso de la bulimia el desencadenamiento de emociones negativas y las situaciones estresantes pueden poner en marcha el sentimiento de descontrol, la ansiedad y la aparición de los episodios de atracones de comida.

La vigorexia, suele ser más frecuente en hombres entre los 18 y los 35 años, de los cuales un alto porcentaje acuden al gimnasio de forma regular, tienen un perfil narcisista y tienden a la irritabilidad y a presentar actitudes agresivas.

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