La llegada de la primavera y de los días de buen tiempo hace que muchas personas se apunten a practicar deporte al aire libre, sobre todo running. Pero, tanto si vas a salir a correr de forma esporádica, como si vas a participar en una carrera, debes saber que tus pies necesitan seguir un ritual previo y posterior para evitar lesiones.
La práctica de running, footing o correr se ha popularizado en los últimos años y es común ver a personas de todas las edades practicándolo. Se caracteriza por una gran cantidad de beneficios para nuestra salud, sin embargo para practicarlo de forma segura debemos tener en cuenta una serie de recomendaciones.
Recomendaciones para la práctica de running
Antes de la carrera o el entrenamiento
Las ampollas son la lesión principal que sufren los corredores. Cuando hacemos ejercicio los músculos necesitan más sangre, lo que provoca la dilatación de los pies. Esto, unido a la hinchazón provocada por el calor y el sudor, nos obliga a utilizar un zapato que no oprima el pie pero que tampoco lo deje demasiado suelto (podría provocar esguinces).
De igual forma, debemos revisar el calzado como paso previo con el fin de detectar alguna rotura o un desgaste excesivo de la suela, ya que ambos podrían afectar negativamente a los pies.
Por otro lado, nuestro tipo de pisada condicionará el calzado que debemos llevar. Lo ideal es acudir a nuestra clínica para realizarse un estudio de la pisada. Un podólogo especializado recomendará uno u otro calzado en función de las características del pie.
Otra razón importante para visitar al podólogo es para cortarse las uñas de forma correcta y evitar así la aparición de uñas encarnadas, así como para eliminar las callosidades y las durezas.
Después de la carrera o entrenamiento
Una vez ha finalizado la carrera volveremos a revisar nuestros pies para comprobar que no ha aparecido ninguna herida. En el caso de que hubiese alguna ampolla, se recomienda pincharla con una aguja estéril y desinfectar la zona con algún producto farmacéutico.
Para recuperarse más rápidamente del esfuerzo realizado, aconsejamos aplicar baños de agua fría durante todo el día y mantener las piernas en alto con el objetivo de disminuir la inflamación.
Finalmente, a la hora de ducharse, recuerda secar muy bien los pies y la zona interdigital para evitar la aparición de hongos.
Además de estos consejos, debes saber exactamente cuál es el estado de tus pies. Para ello, en Clínica Weyler te ofrecemos un servicio profesional y personalizado en el que te ayudaremos a cuidar tu salud. Pide cita previa y descubre a nuestros especialistas en Podología.